NADA es verdad ni es mentira, todo es según el color del cristal con que se mira. Se le añade de prefijo en este mundo traidor y nos encontramos con una frase conocida como Ley Campoamor y que viene en Doloras, una de las cumbres de Ramón de Campoamor, el gran vate asturiano. Bueno, pues la frase de marras viene que ni al pelo tras las versiones realizadas por Arrasate y por Pellegrini tras la expulsión de Moncayola.

Se limitó el entrenador bético a que la patada en la cabeza que le propinó el osasunista a Miranda es de tarjeta roja según el Reglamento. Inmediatamente, el técnico local argumentó que todos los que hemos jugado al fútbol sabe que eso no es admonitorio. Desconozco si Arrasate incluyó que ni siquiera era falta, lo que hubiese adobado la explicación de manera más que conveniente. Y a todo esto, Miranda con una brecha en la cabeza y suplido al descanso.

Me pareció más cruel que el insulto racista el acoso de la grada de El Sadar al futbolista bético acusándole de exagerado mientras su cabeza sangraba, tanto que hubo de ser suplido en el descanso tras haber visto una tarjeta desmesurada. Pero el meollo de la cuestión es cómo difieren las opiniones según le vaya la feria al de turno. Y así pasa lo que pasa, que llega el bueno de Xavi diciendo que fue mejor que Girona y Real Madrid tras haber encajado catorce goles y cuatro derrotas.

Pellegrini se atiene al Reglamento y Arrasate se arroga una autoridad suprema con ese tajante “todos los que hemos jugado al fútbol sabemos que no es tarjeta”. Ves las imágenes y hasta puedes admitir que Moncayola no tenga intención de hacer daño, pero adónde vas con los tacos a esa altura. Y lo más inaudito es que con la víctima sangrando en la yerba, el respetable se ponga tan irrespetable. “En este mundo traidor, nada es verdad ni es mentira...” Campoamor dixit.